LOS GUERREROS IBEROS

Por: Jos� I. Lago.

Los autores antiguos describen a los guerreros iberos vestidos con t�nicas cortas blancas con ribetes de p�rpura y sus falcatas �beras en la mano. Probablemente las t�nicas no fueran "blancas", sino del color natural de la lana, al igual que ocurre con las togas romanas, y probablemente la p�rpura de los ribetes no fuera tal, sino una franja de color escarlata

En realidad, es evidente que todos los guerreros espa�oles no vest�an de igual manera, ni mucho menos, pero esta indumentaria s� que era la m�s corriente y por la que los romanos identificaron a los espa�oles del ej�rcito de An�bal. Una est�tica que es la m�s repetida en el arte ibero.

El famoso relieve de Osuna, Sevilla, muestra la imagen m�s conocida del guerrero ibero con su espada falcata.

Guerrero con falcata �bera y escudo

 

Figura realizada por Jos� Ignacio Lago que representa al t�pico infante espa�ol de la �poca de las guerras p�nicas, tal y como es descrito por los historiadores romanos y aparece en el relieve de Osuna.

 

Magn�fica ilustraci�n de Jeff Burn que muestra a un infante espa�ol del ej�rcito de An�bal.

 

Los guerreros espa�oles usaban una gran variedad de corazas para protegerse en combate. La m�s sencilla era el pectoral que en aquella �poca tambi�n utilizaban los legionarios romanos y que constaba de una placa de metal que proteg�a el pecho.

En la imagen de Angus McBride se reconstruye una ceremonia en la que un guerrero ibero, solicita la bendici�n para su espada falcata ante un altar. El guerrero lleva el t�pico pectoral, �ste de tipo redondo y muy decorado, con una cabeza de lince, un felino originario de Espa�a de una gran belleza. El guerrero ibero tambi�n porta un casco de cuero, grebas de bronce y un ancho cintur�n tambi�n de bronce del que pende la vaina de la espada falcata �bera.

 

El famoso "Vaso de los Guerreros" hallado en San Miguel de Liria muestra guerreros iberos armados con cotas de escamas, lanzas y escudos de tipo c�ltico. Tambi�n era muy usada la cota de malla celta, sobre todo por las tribus celt�beras.

 

Magn�fica reconstrucci�n del aspecto real de los guerreros iberos del vaso anterior por Angus McBride. En este dibujo puede apreciarse las espadas falcatas �beras que utilizaban estos guerreros.

 

El arma m�s conocida de los iberos es la famosa espada falcata.

Espada falcata hallada en Almenedilla, C�rdoba. Una de las espadas �beras mejor conservadas ejemplos de esta bella espada espa�ola.

 

La espada falcata es un arma de origen espa�ol, en realidad es un tipo estilizado del gladius hispaniensis o gladius romano, que tras la llegada de Roma a Espa�a pas� a formar parte del equipo militar romano. La hoja de la espada falcata mide aproximadamente unos 45 cm. de longitud, es decir, la longitud del brazo. En realidad no hab�a dos espadas falcatas iguales, ya que estas valiosas espadas romanas se fabricaban de encargo, por lo que cada una ten�a unas medidas seg�n el brazo de su due�o. 

En todo el Mediterr�neo se admiraba la calidad de estas espadas �beras, fabricadas con un mineral de hierro de alt�sima pureza. Su flexibilidad era tal que los maestros armeros la colocaban sobre sus cabezas dobl�ndolas hasta que la punta y la empu�adura tocaban sus hombros. Si la espada romana volv�a a su posici�n recta al soltarla de golpe era una obra de arte, si no se fund�a para volver a fabricarla. Los griegos que llegaron a Espa�a llevaron la espada falcata consigo y tuvo gran aceptaci�n, convirti�ndose en la segunda arma m�s utilizada tras la espada de hoplita

Gladius hispaniensis y pugio pertenecientes a la colecci�n personal de Jos� I. Lago.

 

Los romanos adaptaron su propia empu�adura al gladius, pero el pugio continu� con la t�pica empu�adura espa�ola.

Los guerreros �beros utilizaban dos tipos de escudos: el c�ltico, ovalado, y la caetra, que era redondo y m�s peque�o.

Magn�fica ilustraci�n de Peter Connolly que muestra a un jinete y un infante iberos. El infante porta una lanza de acometida y el temible soliferrum, una lanza arrojadiza del tama�o de un hombre y completamente de hierro. Aqu�, ambos guerreros �beros llevan cascos de cuero. El del infante, en forma de capucha, tiene una cresta de crin de caballo te�ida de color rojo.

 

Menci�n aparte merecen los famosos honderos de las islas baleares que formaron uno de los cuerpos de �lite m�s conocidos de la Antig�edad llegando a formar parte de las tropas auxiliares de Julio C�sar.

Los temibles honderos en una magn�fica ilustraci�n de Angus McBride.

 

En las tumbas, las armas iberas se encuentran cuidadosamente dobladas, inutilizadas, ya que, como hemos visto en la falcata, eran armas personales, fabricadas para cada guerrero en concreto y no deb�an ser utilizadas por ning�n otro. Por eso se enterraban inutilizadas con su due�o. El v�nculo que un�a al guerrero espa�ol con sus armas era m�s importante que su propia vida, por ello prefer�an morir antes que rendirse y entregar sus armas.

Como guerreros, los espa�oles eran la crema de las tropas auxiliares. P�nicos y romanos los utilizaron ampliamente, sobre todo a la infanter�a pesada y a los honderos baleares, cuya mort�fera destreza en el manejo de la honda era apreciad�sima en la Antig�edad. De hecho, en Cannas, An�bal tuvo que alternar compa��as espa�olas y galas porque no se fiaba de �stos �ltimos y sab�a que los espa�oles cumpl�an siempre con las �rdenes hasta el final.

Cada naci�n ten�a sus propias armas y su modo de utilizarlas. En Espa�a, al utilizarse la espada corta, la formaci�n era en l�nea, netamente ofensiva, ya que la espadal gladius es una poderosa arma que de poco sirve a la defensiva. De ah� la tremenda mortandad causada por los espa�oles en Cannas y posteriormente a las legiones romanas. 

En conjunto, la t�ctica ibera fue literalmente copiada por los romanos tras la I Guerra P�nica. El infante espa�ol portaba el temible soliferrum, especialmente dise�ado para perforar cualquier tipo de escudo, a�n cuando �ste fuera met�lico. Tras lanzarlo contra el enemigo desenvainaba su temible espada corta y, protegido por su escudo celta atacaba usando la espada para "pinchar", con el brazo movi�ndose perpendicular al cuerpo. Esta forma de combatir, con el cuerpo bien protegido, era letal contra un enemigo que usaba su espada para "golpear", ya que deb�a descubrir parte de su cuerpo al alzarla, momento que aprovechaba el ibero para atravesarlo con su espada gladius

Los romanos quedaron tan impresionados por esta forma de luchar en Cannas que cuando llegaron a Espa�a adoptaron la espada gladius, ahora llamado hispaniesis, como arma est�ndar. Puesto que el escudo romano, el t�pico escudo samnita, era mejor que el celta y proporcionaba mayor protecci�n, las legiones romanas se convirtieron en aut�nticas m�quinas de picar carne, aunque frente a las tropas espa�olas, con generaciones enteras de entrenamiento a sus espaldas, sufrieron grandes desastres uno tras otro. �Por qu�? porque la legi�n manipular no era la unidad m�s apropiada para este tipo de t�ctica, t�ctica que encontrar�a su pleno rendimiento en las nuevas legiones de Mario en las que las cohortes actuaban como un bloque, arrasando las l�neas enemigas. Exactamente igual a como actuar�an las compa��as espa�olas que utiliz� An�bal en Cannas. Puesto que los galos combat�an en "falange", es decir, en l�neas compactas, es f�cil deducir que el Barca supedit� la t�ctica gala a la espa�ola y que esas compa��as eran las normalmente utilizadas por los espa�oles.

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Espadas, falcatas y sables, Aceros de Hispania
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