FEDERICO
BARBARROJA
La espada de Barbarroja
batalló por todo el imperio Romano Germánico.
Emperador del Sacro Imperio
Romano Germánico (1152-1190), rey de Italia (1155-1190) y con el nombre de
Federico III, duque de Suabia (1147-1152, 1167-1168).
Nació en Waiblingen, hijo
de Federico II de Hohenstaufen, duque de Suabia y sobrino del emperador
Conrado III. Heredó de su padre el título de duque, y tras la muerte de su
tío, en 1152, Federico Barbarroja fue nombrado rey de Germania y elegido
emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Foto de Barbarroja
Su principal deseo era
restaurar la gloria y el prestigio del Imperio romano. En 1154 marchó a
Italia, donde recibió la corona del reino lombardo en la ciudad de Pavía.
Al año siguiente fue coronado emperador del Sacro Imperio por el papa
Adriano IV.
Consiguió pacificar
Alemania y limitar el poder de los señores feudales durante los dos
primeros años de su reinado gracias a la ayuda de su famosa espada, mas
tarde conocida con el nombre de espada de Barbarroja. Para ello, fijó el foco de su política y
ambiciones sobre la Península italiana.
En 1154 atacó Roma, en la
primera de una serie de seis expediciones contra suelo italiano. La
rebelión finalizó cuando Adriano IV lanzó un interdicto contra Roma,
sometiéndose sus habitantes y expulsando a Arnaldo de Brescia, quien será
ajusticiado por Federico Barbarroja y su espada.

Espada que utilizo
Barbarroja en sus batallas.
De vuelta a Alemania,
pacificó el territorio nombrando a Enrique el León duque de Baviera y
permitiendo a Enrique Jasomirgott cambiar su título de marqués de Austria
por el de duque.
Los consejos de Reinaldo
Dassel, canciller del Imperio, hicieron creer al emperador que el Papa lo
consideraba vasallo de la Iglesia, basándose en una pintura existente en
Letrán en la que se figuraba la coronación de Lotario bajo la inscripción
"El emperador es hecho vasallo del Papa". La pintura fue entonces
destruida y la enemistad con el papa empezó a renacer.
Una deficiente traducción
de la carta a cargo de Reinaldo Dassel hizo entender al emperador que el
Papa lo seguía considerando su vasallo. Inmediatamente se desataron las
hostilidades y comenzaron a publicarse escritos contra Adriano IV,
postulando Federico I que el Papado debía subordinarse al Imperio.

Escultura hecha a
Barbarroja.
Dispuesto Adriano IV a
excomulgar a Federico I, su muerte en 1519 le impidió finalmente
realizarlo.
En pleno enfrentamiento con la Santa Sede, defendió en la Dieta
de Roncaglia (1158) la idea de una autoridad política fuerte desempeñada
por el emperador del Sacro Imperio, ejercida de manera absoluta y universal,
y con la capacidad de defender e intervenir en los asuntos de la
Iglesia.
La pretensión de limitar el
poder del Papado exclusivamente a la esfera espiritual le enfrentó también
al papa Alejandro III (1159-1181), sucesor de Adriano IV, quien apoyó en
1167 la creación de la Liga Lombarda, lo que provocó la expulsión de las
tropas imperiales de territorio italiano. Federico I reconoció como Papa a
Calixto III (1168-1178).
En 1174 reanudó por quinta
vez sus intentos de expansión pero fue derrotado en Legnano (1176) y fue
obligado a aceptar los tratados de Venecia (1177) y Constanza (1183), por
los que reconocía a Alejandro III como Papa, renunciaba a sus pretensiones
de dominio sobre los Estados Pontificios, reconocía el poder temporal del
pontífice y otorgaba autonomía a las ciudades bajo su jurisdicción. A
cambio, se le levantaba la pena de excomunión.
No obstante, su hegemonía
sobre extensos territorios en el norte de Italia siguió incuestionable,
habiendo anexionado Borgoña mediante matrimonio en 1156 y vinculado al
Imperio la región de Sicilia gracias a la boda (1186) de su hijo Enrique
con Constanza, hija del rey de aquél territorio. Federico Barbarroja murió
ahogado en 1190 al intentar cruzar el río Saleph, durante la Tercera
Cruzada emprendida contra Saladino.
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