CRISTOBAL
COLÓN
La espada de Cristobal
Colón le acompañó en sus famosos viajes.
Aunque su origen ha
sido objeto de las más diversas especulaciones, parece existir un mayor
acuerdo en considerar que nació en Génova en una fecha indeterminada entre
el 25 de agosto y el 31 de octubre de 1451, hijo de Domeneghino Colombo y
Susanna Fontanarossa.
Es posible también que no
fuera el primogénito, falleciendo sus hermanos mayores. Tenía además dos
hermanos pequeños, Bartolomé, uno o dos años más joven, y Diego.
Su familia, sin ser rica,
poseía cierto acomodo, debido al negocio de telares que el padre ostentaba
y a los ingresos complementarios que procuraba un pequeño comercio de
quesos.
Desde muy joven, Cristóbal
demostró que no tenía intenciones de mantenerse ligado a los oficios
manuales y comenzó a probar suerte en el mar. La infancia de Colón, como
su fecha y lugar de nacimiento, también aparece envuelta en nebulosa. El
mismo Almirante señala que desde muy joven aprendió el oficio de la mar,
sin duda alentado por el carácter marinero de la ciudad de Génova y la
ebullición del comercio mediterráneo que inundaba la ciudad.
Parece ser que a los
dieciocho años estuvo al servicio del corsario francés Guillaume de
Casenove, quien asediaba las naves venecianas que comerciaban con Flandes
por el Atlántico, hacia 1470. En la década de 1470, Colón recorrió el
mar Mediterráneo, llegando hasta la isla de Quío y a las aguas de
Túnez.
Luego viajó hasta
Inglaterra, desde donde realizó una travesía a Islandia. A su regreso se
estableció en Portugal y se dedicó, junto a su hermano Bartolomé, a
dibujar cartas marinas para venderlas en Lisboa.

Imagen de Cristobal
Colón.
Los Colonos se vincularon a
importantes geógrafos de la época como Fernäo Martins o Paolo del Pozzo
Toscanelli.
Es en Lisboa donde Colón
conocerá a su mujer, Felipa Moniz de Perestrello, de familia noble y
afamada. Durante estos años, Cristóbal Colón se dedicó al comercio y
hubo de tratar con gentes marineras, que a buen seguro contarían historias
sobre la existencia de tierras más allá del mar, sobre extraños objetos o
troncos encontrados flotando y sobre naufragios en costas alejadas y
desconocidas hasta entonces.
En esta misma época (1481),
Colón tuvo la oportunidad de conocer las factorías portuguesas en las
costas de África. No cabe duda de que todos estos viajes otorgarán a
Colón una acreditada experiencia en las artes de navegación, así como un
vasto conocimiento de la geografía de la época.
En la mentalidad de
científicos y navegantes de finales del siglo XV existen ya diversas ideas
y concepciones que dan pie a la creencia de Colón en una ruta occidental
hacia las Indias de la especiería -el oriente asiático- más corta y ajena
al peligro que suponen la piratería y los turcos. El Mediterráneo es por
aquel entonces un mar demasiado estrecho y peligroso, donde naciones
enemigas y piratas de toda clase dificultan o impiden la ruta que lleva
hacia los ricos países orientales productores de especias y productos
exóticos.
La ruta occidental por mar,
más segura que la travesía terrestre y más rápida que la marítima
bordeando el sur de África, ya explotada por los portugueses, se convierte
a mediados del siglo XV en un foco de especulaciones, configurándose
paulatinamente en una creencia cierta sobre la que cada vez se acumulan más
datos.
El convencimiento de
Colón en la posibilidad de establecer una ruta oceánica occidental pudo
basarse en las conversaciones que supuestamente mantendría con marineros
tanto en el Puerto de Santa María como en Murcia, que asegurarían haber
conocido costas lejanas tras ser arrastrados por el temporal.

Espadas de Cristobal
Colón.
El dinamismo portugués en
cuanto a sus exploraciones por África, fomentadas desde la corona, es una
cuestión conocida en la época, lo que sin duda anima a Colón a presentar
su proyecto a la corte portuguesa.
Solicita al rey la
equipación de tres carabelas con vituallas y mercaderías para comerciar,
ser armado caballero y Almirante y Gobernador de los territorios
descubiertos y adjudicarse un diez por ciento del beneficio económico que
se obtenga de las nuevas tierras y participar con un octavo en cada barco
que comerciase con los países hallados.
La etapa portuguesa de
Colón culminó en 1485, cuando, rechazado su proyecto por una comisión
designada por el rey Juan II y muerta su esposa, se trasladó a España
junto a su hijo. Lo cierto es que su hermano Bartolomé ofrece el proyecto a
Enrique VIII de Inglaterra, quien también lo rechaza.
Acogido por los franciscanos
del convento de La Rábida en las cercanías del puerto de Palos, y ayudado
por el ex confesor de la reina Isabel la Católica, fray Juan Pérez, Colón
presentó su proyecto a los Reyes Católicos, quienes, tras dos rechazos, en
abril de 1492 le otorgaron las Capitulaciones de Santa FE.
Poco antes había tenido a
su segundo hijo, Hernando, fruto de la unión con Beatriz Enríquez de
Arana.
Aparte de las ganancias
económicas, la idea de Colón reunía en sí misma grandes aspiraciones del
mundo cristiano de la época, como el comercio directo con Oriente, el
contacto con los misteriosos reinos cristianos del Preste Juan y el remate
al ideal de Cruzada con la toma definitiva de Jerusalén.
Entre tanto se deliberaba en
la corte de Isabel y Fernando, tras la primera negativa, Bartolomé Colón
ha pasado a Francia, donde ofrece el plan de su hermano a Ana de Beaujeu,
regente durante la minoría de edad de Carlos VIII. En Francia tampoco se
prestará demasiado crédito al proyecto.
Las deliberaciones en la
corte castellana duraron varios años, durante los cuales Colón no obstante
fue mantenido por indicación de la Corona. La negociación finaliza el 17
de abril de 1492, dando lugar a las Capitulaciones de Santa Fe. En ellas se
determina que Colón y sus herederos ostentarán el cargo de Almirante en
todos los territorios que pudiera descubrir, cobrando el quinto de las
mercancías; se le nombra también virrey y gobernador de las tierras
descubiertas, con poder para nombrar funcionarios; recibirá la décima
parte de los tesoros conquistados o adquiridos y ejercerá de juez en
cuantas cuestiones comerciales se pudieran suscitar; podrá participar con
un octavo en cualquier expedición comercial que se emprendiese, obteniendo
así un octavo de los beneficios.
Se equipara así a Colón en
rango con el Almirante de Castilla, con los mismos privilegios y mercedes, y
su hijo Diego es nombrado paje del príncipe don Juan.
El 30 de abril de 1492
los reyes envían una misiva a Palos en la que ordenan la construcción de
dos carabelas que pondrán al servicio de Colón, como pago o castigo
contraído con anterioridad.
El mismo Colón se desplaza
a la localidad para formar la tripulación, encontrando reticencias hasta
que interviene fray Juan Pérez y se enrola el afamado marino Martín Alonso
Pinzón, ofreciendo una carabela propia. Con él se enrolan también sus
hermanos Francisco Martínez y Vicente Yáñez Pinzón y el piloto Juan de
la Cosa.

Carabelas con las que
Cristobal Colón conquisto América.
Armadas las carabelas Pinta,
Niña y la nao Santamaría, salen del puerto la madrugada del 3 de agosto de
1492, dirigiéndose a Canarias, donde arribarán más tarde. La duración de
la travesía comienza a impacientar a la tripulación, surgiendo amagos de
sublevación que son atajados por Colón mintiendo sobre la distancia
recorrida y prometiendo regalos.
La situación comienza a ser
desesperada cuando Rodrigo de Triana avistó tierra el 12 de octubre,
habiendo llegado a la isla Guahaní (San Salvador, Watling). Durante este
viaje realizó además exploraciones durante tres meses por otras islas
cercanas, a las que bautizó como Juana (Cuba) y La Española (Haití). En
ésta parece ser que tuvo el primer contacto con un jefe nativo, Guacanagari,
quien le regaló objetos de oro.
El paso hacia las Indias, en
el que Colón aun creía firmemente, no aparecía por ninguna parte. Parece
ser que las penalidades y el carácter altivo de Colón empujaron a la
tripulación a rebelarse, a lo que se sumó una fuerte tormenta y el mal
estado de las naves.
Una vez concluido el
viaje que permitió a Colón arribar a costas americanas, continuó
realizando empresas para la corona de España. Sin embargo, a pesar de haber
emprendido tres viajes más hacia América y ser reconocido como un gran
navegante y explorador, nunca llegaría a saber que había alcanzado un
continente desconocido para los europeos de aquel entonces.
Asimismo, tuvo que enfrentar
muchos problemas, tanto con la corona como con los primeros pobladores de la
isla La Española, debido a su incompetencia como administrador y gobernador
de las nuevas posesiones.

Monumento a Cristobal
Colon Situado en el puerto de Barcelona.
Entristecido y melancólico,
Colón ve próxima su muerte, dictando testamento a favor de sus hijos,
hermanos y de Beatriz Enríquez de Harana, mujer con la que compartió parte
de su vida y madre de su hijo Hernando.
El 20 de mayo de 1506 muere
aquejado de gota y otras enfermedades en la ciudad de Valladolid, sin
conocer que en su exploración había dado con un continente desconocido
hasta entonces por los europeos de su época y al que se dará el nombre de
América, fruto de un equívoco al asignar su descubrimiento a Américo
Vespuccio.
Si
lo desea puede apreciar nuestra cuidada y variada selección de espadas
históricas entre las que se encuentra la espada de Cristobal Colon en nuestra web:.
Espada
de Cristobal Colón. Aceros de Hispania
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