ARMADURAS MEDIEVALES. HISTORIA Y EVOLUCIÓN.
Las armaduras medievales
fueron un elemento esencial para los caballeros de la edad media,
resguardándoles
ante las acometidas que pudieran sufrir con espadas u otras armas. Ya desde
la antigüedad cuando el hombre tenía que enfrentarse a un combate cuerpo a
cuerpo, intentaba protegerse de alguna forma, primero con pieles de
animales, luego con cuero, y por último con los metales, con las armaduras.

Las
armaduras han ido evolucionando con el tiempo, sobre todo en su protección
y en las decoraciones
Así
pues, podemos llamar armadura medieval al conjunto de piezas utilizadas para
la defensa, realizadas en acero (o algún tipo de metal), que cubrían todo
el cuerpo de los caballeros de la Baja Edad Media y principios de la Edad
Moderna. Las armaduras de los caballeros se solían usar en combates,
torneos, y en enfrentamientos bélicos, por lo que las armaduras les
ayudaban mucho en su defensa, intentando que les ocasionaran el menor daño
posible.
Las
hachas, junto con las lanzas y espadas, eran unas de las armas medievales más
efectivas.
Se
podría decir que el comienzo de la utilización de las armaduras fue en
Egipto en el año 4.000 a. C., los materiales que utilizaban en la mayor
parte de las armaduras era piel de cocodrilo y cuero reforzado con bronce.
Estos materiales que se usaban para realizar las armaduras han ido
evolucionado con el tiempo, empezando con las pieles y los huesos, hasta
llegar al uso de los metales.
Las
primeras piezas que se realizaron para la protección estaban destinadas a
las zonas más débiles e indefensas del cuerpo, o para las partes donde una
herida podía provocar más fácilmente la muerte del guerrero, como la
cabeza y el tronco, que fue lo primero que protegieron.
Se comenzó usando
los camisotes (una evolución de los cinturones) de piel de búfalo, que
iban reforzados con escamas metálicas, algunos llegando hasta la cadera y
otros más largos que llegaban hasta los pies. Algún caballero también
utilizaba espinilleras con el fin de proteger la parte anterior de las
piernas.
La
zona de la cabeza y proximidades se empezó a proteger por que el escudo no
la llegaba a cubrir. Cabe decir que el casco o yelmo era la pieza que
antiguamente caracterizaba al caballero medieval, se usaban metales para realizarlo y
se dibujaban adornos, para destacar entre los demás. A veces eran
reforzados con bronce o se les colocaba colmillos de jabalí, ya que estos
pesaban muy poco.
Durante
el primer milenio a. C., en el antiguo Egipto, los camisotes se prolongaban
desde las axilas hasta las rodillas y se sostenían a los hombros con el uso
de correas. Estos se realizaban con cuero, reforzadas a veces con
acolchamientos, con anchas láminas metálicas, incluso con escamas de
bronce (algunas de más de veinte centímetros de anchura) Los guerreros
usaban además espinilleras y aros de metal que cubrían los brazos por
primera vez.
En el
siglo XV a. C. ya se empiezan a ver armaduras cubriendo el torso, éstas se
realizaban con pieles de animales donde se incrustaban piezas de bronce, se
les llamaba armaduras de lorigas o escamas. Por otra parte se empezaron a
usar espinilleras con láminas metálicas, para cubrir parte de las piernas, y
un cinturón grande para resguardar el abdomen. También en este siglo en
Siria se empezaron a fortalecer los trajes tradicionales, se utilizaban
camisas con mangas cubiertas de escamas de bronce (cosidas en hileras
flexibles en láminas), que fueron usadas como armadura, esto se realizaba ya
que en muchas ocasiones iban en carros y no podían llevar escudos, ya que
llevaban las manos ocupadas, y no podían sostenerlos.
Posteriormente
los griegos desarrollaron estas armaduras, realizando petos y espalderas de
una única pieza, de forja o fabricadas en metal unas sobre otras con
reforzamientos acolchados, y también con espinilleras para cubrir las
piernas.
En la época
de esplendor griego la parte superior del cuerpo no iba protegido, tampoco
la parte superior de las piernas (que iba cubierta por una falda de tiras
sueltas) ni el brazo derecho, ya que suponían que eran zonas del cuerpo que
estaban a salvo por la habilidad del guerrero en el combate cuerpo a cuerpo
y por la protección del escudo. Éste era de gran importancia ya que no sólo
hacía la función de proteger el brazo izquierdo sino que protegía también
la zona del corazón.
Los íberos
utilizaban una armadura de discos para proteger primordialmente la zona del
pecho. Los samnitas (guerreros del pueblo itálico) utilizaban corazas de
discos, pero que tapaban más zona del pecho. Los celtas, por otro lado,
utilizaban petos que cubrían el torso y la zona de los hombros; y los
cascos, a veces eran embellecidos con acabados geométricos los cuales se le
incorporaban algunas plumas.
Los
guerreros samnitas se protegían la zona del pecho con la armadura de discos
En Roma,
la infantería ligera (vélites) igual que los samnitas y posteriormente los
gladiadores, llevaban ócreas o espinilleras en la pierna izquierda, mientras que los
hastatos (hombres de clase media que formaban la infantería pesada) las
llevaban en la derecha, según fueran una u otra la pierna que adelantaran en
el combate.
Referente
a la zona del tronco, los romanos utilizaban la loriga de escamas de metal
(aunque también de hueso y de cuerno), que iba cosida. Ésta cubría el pecho,
la espalda, el vientre, las caderas y los hombros; y en el caso de los
soldados de caballería pesada, usaban una armadura semejante que les cubría
hasta los pies y las manos.
Durante
la República, la loriga se redujo bastante, sin mangas, llegando solo hasta
las caderas, recubierto con una red de pequeños y apretados anillos de
hierro, sin embargo durante la época imperial se realizó una coraza más
maleable formada con láminas anchas de acero cubriendo todo el tronco que
dejaban más libertad al soldado. No obstante, la pieza más conocida del
Imperio Romano era la que estaba formada por dos piezas, el peto y el
espaldar. Ambas se amoldaban al cuerpo, dando mayor libertad de movimientos.
Referente al casco, parecía etrusco, poseía una cubrenuca y yugulares.
El
mayor inconveniente de la loriga romana era que las axilas se quedaban al
descubierto
Tras el
declive del Imperio Romano se originó un regresión en el desarrollo de las
armaduras. Se podría decir que se empezó de cero otra vez, usando
vestiduras que sólo se utilizaban para defenderse de espadas, dagas,
hachas, alabardas y lanzas.
Los guerreros germanos y francos utilizaban
sayos sin mangas de cuero o lienzo acolchado que hasta el siglo XIII no se
guarneció con anillos, mallas o planchas de metal, e incluso con tiras metálicas
que formaban un enrejado rematado en los huecos por gruesos clavos. A esto
lo llamaban loriga, o también brunia o brunica, la cual llegaba hasta las
caderas, aunque hacia el siglo X se cubrieron también los muslos hasta la
rodilla, y posteriormente se le añadieron unas mangas que llegaban
principalmente hasta el codo y más tarde hasta las muñecas, las manos seguían
estando al descubierto. En los pueblos germanos y francos los cascos eran
una simple capellina, no tenían visera ni yugulares, y entrando en el siglo
X se le añadió un nasal recto.
En
España, los invasores visigodos usaban la loriga (con sortijuelas de acero)
y el capacete. También se empezó a utilizar el jubón acolchado (camisa
ceñida al cuerpo que cubría desde los hombros hasta la cintura), también
llamado perpunte o gambax, así el cuerpo quedaba protegido de rozaduras que
podía producir la loriga o de golpes que podían resentir el cuerpo del
soldado.
Por otra
parte estaban los normandos que llevaban una loriga más larga y ajustada al
cuerpo, además cubría las rodillas y los brazos hasta las muñecas. Se empezó
a separar las mangas y los calzones en diferentes piezas que se sujetaban a
otras con hebillas y correas. El cuello y la nuca iban cubiertos con un
capuchón de malla colocado debajo del yelmo o del bacinete. Si estas piezas
se encontraban unidas se le llamaba bacinete con canal.
Las
primeras evoluciones de importancia que se dieron en las armaduras fue que
desaparecieron las lorigas (ya que dejaban sin protección las axilas) por
lo que se sustituyeron por la jacerina o cota de malla, esto tuvo lugar en
toda Europa sobre el siglo XI. La jacerina está formada por anillos que van
forjados y tienen un diámetro pequeño. Se realizaba con una base de cuero
reforzado con discos metálicos. Las únicas desventajas eran, por una parte
que costaba bastante dinero, por eso la solían utilizar solo los nobles, y
por otra que pesaba bastante, unos once Kilogramos.
También fue mejorando
el metal hasta que se llegó al acero templado, más resistente y modulable.
De este modo surgieron las armaduras de placas, que se realizaban de forma
artesanal por maestros armeros. La primera pieza completa metálica que se
propagó fue el peto, aunque el guardabrazo también tuvo una gran evolución,
al adaptársele láminas articuladas para facilitar el movimiento, mientras
que el rostro se protegía con el varaescudo y el cuello con la gola.
La
cota de mallas se formaba por la unión de pequeños discos metálicos
El peto
se hizo cada vez más corto para facilitar los movimientos del caballero
mientras cabalgaba, lo que dejó el estómago al descubierto; pero esto se
solucionó mediante unas piezas articuladas denominadas faldar. No obstante,
las caderas quedaban también al descubierto, por lo que se inventó una
pieza que las cubrían llamada escarcela. La entrepierna, era una zona que
también permanecía desprotegida, fue protegida por la carajera.
Para
combatir el efecto del calor, y sobre todo como adorno, a partir de la
segunda cruzada, empezó a usarse una sobrevesta o cota de armas sin mangas a
la que ceñía el talabarte, por donde pendía la espada. Pronto esta
sobrevesta, al igual que el casco y el escudo, se adornó con signos y
figuras que servían de distinto al caballero, y que posteriormente tendría
una significación heráldica (el escudo de armas) Para que tampoco se
produjeran rozaduras en el rostro o en el cuello del caballero, éste vestía
una gorra o capucha de paño acolchada cuyas puntas se anudaban debajo de la
barba; esta prenda podía ser teñida con los colores favoritos del caballero,
colores que pronto pasaron también a formar parte del escudo.
Se fueron
introduciendo protecciones para zonas específicas, por ejemplo, los guantes
de cuero se recubrían de malla o pequeñas piezas metálicas, también se
realizaron medias y escarpines de mallas, codales y rodilleras, guardabrazos
y quijotes, colocados sobre la cota. Vamos, todas las zonas visibles del
caballero estaban tapadas con planchas de acero, salvo la parte inferior de
los muslos y las nalgas, que quedaban protegidas por la silla y el cuerpo
del caballo.
Las
armaduras se fueron perfeccionando con el uso de piezas específicas, por
ejemplo los codales, para la protección de los codos
Para los
que no se podían permitir este tipo de armaduras se elaboraron dos tipos
diferentes, en los siglos XIV, XV y principios del XVI. Eran la jacerina por
un lado y la brigantina por el otro. La primera muy usada en la Europa
oriental, estaba formada por láminas de metal unidas a un traje interior de
paño; y la segunda era igual que la jacerina pero invirtiendo el orden, las
láminas iban remachadas dentro del un jubón de brillantes colores,
rematado con tachones de cabezas labradas y doradas. Estas protecciones
fueron muy habituales en España e Italia.
La
armadura de placas (como la llamaban tradicionalmente) aparece en el siglo
XIV, a finales de siglo formaba el arnés blanco o armadura de unta en
blanco, el arnés que cualquier caballero hubiera querido. Una armadura podía
llegar a tener más de doscientas cincuenta piezas con un peso de unos 30
Kilogramos. Aunque dichas piezas no tenían siempre un nombre preciso,
podemos enumerar algunas de las partes más comunes de una armadura (o
armadura de placas como tradicionalmente se llamaban):
La
armadura medieval podía estar constituida por más de doscientas pieza
-
El casco y semejantes, para proteger la parte superior de la cabeza.
-
Algunas veces el casco llevaba visera para cubrir el rostro.
-
La babera o barbote para la protección de la boca, barbilla, y mandíbulas.
Con
el barbote protegían la zona de las mandíbulas y la boca
-
La gola que servía para cubrir el cuello. El gorgal o gorguera en la
parte alta del pecho, incluyendo la garganta y la espalda, llegando a
sustituir a la gola.
-
La cubrenuca para cubrir la zona que va del cuello a los hombros.
-
EL lámete o yelmo, que es un casco pero cerrado. EL yelmo estaba
formado por: la cimera (para decorar, situada en la zona más alta), la
celada( para resguardar la cabeza), y el collar (adorno, toda la
circunferencia inferior del yelmo) Solía ser la pieza más cara, ya que era
la encargada de proteger una de las zonas más importantes: el cerebro.
EL
yelmo realizaba la misma función que el casco, pero este era totalmente
cerrado
-
La ventalle, que era la pieza móvil situada al lado de la visera, y
que cerraba la parte anterior del lámete.
-
El alpartaz de malla, que cubría el cuello pero dejándole
movilidad.
-
El ristre, era el hierro del peto del armadura que servía para
afianzar la lanza.
-
El peto para cubrir el pecho.
Los
petos fueron adaptándose y se fueron realizando más cortos para que el
caballero tuviera mayor movilidad
-
El espaldar para cubrir la espalda.
-
El volante o falda por la cintura y caderas.
-
Las escarcelas que llegaban algo más abajo que el anterior, que se
anudaban a la falda.
-
Los escarcelones, especie de escarcelas pero mas grandes, que se
prolongaban con articulaciones hasta las rodillas.
-
El guardarrenes, o prolongaciones del espaldar más desarrollados que
servían para proteger la región lumbar.
-
La pancera para el vientre y estómago, hecha de malla.
-
La bragadura, para proteger la zona de la entrepierna.
-
La culera, para los glúteos, también fabricada de malla.
-
Las hombreras, que cubrían los omóplatos (en ocasiones éstas también
cubrían la parte delantera, sustituyendo a las bufas) en el hombro.
Las
hombreras eran otras de las piezas específicas de la armadura medieval, que
tenían la función de proteger la zona de los hombros, tal como indica su
nombre
-
Los guardabrazos, para proteger la parte superior del brazo.
-
Las sobaqueras, para resguardar la parte delantera y trasera de las
axilas.
-
Los codales, para cubrir el codo.
-
Los brazales, pata cubrir el brazo y el antebrazo.
-
Los cangrejos, para la parte opuesta del codo o sangría del brazo.
-
Las manoplas, lúas, guanteles, manteles o mandiletes, con piezas móviles
para cada dedo, que protegían las manos, y las muñecas.
Los
guanteletes se realizaban cada vez más cómodos para el caballero, la zona
de los dedos eran incluso articulada.
-
Las bufas, para proteger la zona de la clavícula.
-
Los quijotes o musleras, para la protección de los muslos.
Los
quijotes servían para proteger al caballero la zona de los muslos
-
Las rodilleras, protegiendo las rodillas, que iba acompañado casi
siempre por unos abanicos por la parte de fuera de las rodillas, para
cubrirlas de los golpes laterales.
-
Las grebas para la zona baja de las piernas, en ocasiones llevaban
medias grebas articuladas que protegían la parte inferior de las rodillas.
-
Los grebones, para proteger las pantorrillas.
-
Escarpes o escarpines, que tenían el fin de resguardar el empeine,
también se usaban zapatos herrados para proteger los pies.
-
La tarja o tarjeta, era un escudo que iba en la zona superior
izquierda del peto, con el emblema del caballero.
La primera pieza que debía colocarse un
caballero al ponerse una armadura medieval era la cota de malla (que podía
llevar una capucha o almófar, colocada debajo del yelmo) Después de la
cota de malla se ponía el gorjal. A este se le unían la coraza o peto y
los guardabrazos. La zona de las piernas se comenzaba a montar por los pies.
Las piezas se iban sujetando entre ellas por medio de correas, ganchos,
tuercas y clavos. Al finalizar de montar toda la armadura, su peso final era
de unos 30 ó 40 Kg., e incluso más. A causa de esto el caballero no podía
moverse con toda la libertad posible, este caballero sería prácticamente
insuperable pero por otra parte también inamovible. Para montar toda la
armadura el caballero necesitaba de un escudero que le ayudara a vestirse y
desvestirse, y a colocarse en el caballo. Éstos además de ser sus compañeros
asiduos eran sus sirvientes, y les limpiaban la armadura y las armas y
custodiaban sus bienes y pertenencias, e incluso llegaban a dormir en su
puerta como guardián. También les curaban las heridas, y en el caso de que
el caballero muriera ellos eran los encargados de hacerles un entierro
apropiado.
Los
escuderos tenían la función de ayudar al caballero, incluso limpiándole
su armadura y sus armas
Un caballero con armadura medieval en un
caballo era casi imposible de vencer o derrotar, pero si este se caía al
suelo, sería un contrincante muy fácil de abatir, ya que pesaba tanto que
le sería casi imposible levantarse y moverse con facilidad.
Para
combatir también se usaban caballos con armadura, para poder defenderse de
los ataques de los combatientes, en el siglo XII algunos caballos ya iban
dotados de armadura o barda. Las piezas utilizadas para la armadura del
caballo eran de forma y aspecto muy parecido a la de los caballeros. Primero
se empezó a usar el cuero, luego la malla y finalmente los metales. Las
armaduras para los caballos eran muy diversas, de distintas formas y
estilos, llegando incluso a ser más bonitas que las de los caballeros
medievales.
Partes
de la armadura de un caballo medieval
Algunas
de las piezas de la armadura del caballo eran:
-
La testera, para resguardar la cabeza del caballo.
-
La capizana, para la protección del cuello.
-
La pechera o petral, para resguardar la parte del pecho, en esta pieza se
solía poner el emblema heráldico
-
Las flanqueras, para resguardar la zona de los costados.
-
Las bardas o gruperas, para proteger la grupa o parte trasera del
caballo.
-
También podríamos nombrar el arzón, que es la parte que se une a
la silla de montar, aunque su función consistía más para resguardar al
caballero que al caballo, se trataba de que el caballero no tuviera golpes
por lanza en la zona genital.
En el
siglo XV se dio la época de mayor auge de las armaduras de combate, a esta
se le llamó armadura gótica, con zonas lisas y bastante brillo, y con
sugerentes curvas y decorados, pero sin exageración, sólo en los bordes.
Los petos, cascos y guardas de los brazos, y las piernas tenían zonas con
hendiduras y estrías, mientras que la zona de los dedos de los pies se
realizaban muy anchas. Las armaduras de esta época son unas de las más
grandiosas, y aunque se realizaban para combatir, nunca se hicieron unas
armaduras tan espléndidas. Durante este siglo el caballero iba armado
completamente, totalmente envuelto en la armadura.
No podríamos hablar de todo esto sino
hubieran existido los armeros, las personas que realizaban el trabajo de
crear las armaduras. Este oficio viene de años atrás, y tuvo mucha
importancia en el Imperio Romano. Muchas familias completas se dedicaban a
esta ocupación. Lo primero que se realizaba en el proceso de elaboración
de las armaduras era la forja, después se pulían, se ensamblaban las
piezas y se colocaban las correas, los forros y los rellenos, y en el caso
de que lo llevara se grababa el escudo o emblema y se adornaban, algunas de
ellas con oro. El grabado era la forma más tradicional de ataviar el metal,
era un proceso complicado y trabajoso. También podríamos hablar de la heráldica,
eran unas insignias o blasones que servían para distinguir a los caballeros
en el campo de batalla. Cada noble tenía su propio blasón, y lo estampaba
en el escudo, el abrigo o en su bandera. Cada insignia era única e
individual. Así pues con las insignias los combatientes podían distinguir
a los enemigos.
Los
armeros eran los encargados de realizar los grabados a las armaduras
medievales
El uso de
la armadura medieval fue cayendo en declive, ya que con el invento de la pólvora
la armadura dejaba de tener la utilidad por la que se había creado, para
los combates cuerpo a cuerpo, lo cual deja de hacerse con este nuevo
invento, donde se guardan las distancias. La pólvora fue descubierta en el
siglo XI en China, pero la usaban únicamente para fuegos artificiales o
similares. Los europeos fueron los que descubrieron y desarrollaron usos más
destructivos. A principios del siglo XIV apareció la primera arma de pólvora,
esta era un cañón que proyectaba lanzas, posteriormente se empezaron ha
utilizar balas de piedra y de hierro.
Algunos sitios interesantes donde podemos
ver algunas de estas armaduras son: en la Armería Real de Madrid, en el
Museo del Ejército de París, en la Torre de Londres, en Nueva York, o en
el Museo de Arte Histórico de Viena.
Se podrían
mencionar algunas anécdotas sobre las armaduras por ejemplo que cuando un
caballero con armadura se quería subir al caballo se necesitaba una grúa,
ya que el caballero no podía subirse por si solo. Una armadura pesaba como
mínimo unos 35 Kilogramos, aunque podía variar mucho ya que se podían
colocar más de una armadura, una encima de la otra, se dice que en algunos
casos caballeros murieron por infartos o embolias, aunque también tendría
que ver la alimentación tomada antes de la batalla. También habría que
destacar que estos caballos eran entrenados de una forma especial, solían
ser más fuertes y ágiles de lo normal, pero que por el peso que tenían
que soportar su movilidad era también más reducida.

Caballero
y caballo con sus armaduras medievales
[Comprar
armaduras medievales]
[Armaduras
medievales]
[Ir
a página principal] [Ir
a tienda]
[Listado
de armaduras]
|